El
desconsuelo
me apodera
como un espíritu
de facto
-para-
reorganizar
mi enferma
democracia interior
La sombra del
pasado invade
clamorosas esperas
y
atardeceres opacos
de
ausencias
sin límite
Ahora comprendo:
peor que
la muerte
es el destierro
de tus brazos
y
el exilio
de tus besos.